Y si vamos a otras tecnologías, no necesariamente de cómputo, podemos ver cómo las televisiones planas, digitales, han reemplazado a las analógicas. Yo conozco personas que aún tienen una televisión Sony Trinitron, de las que probablemente tienen más de 30 años, y siguen funcionando bien, pero el apagón analógico les obliga a dos posibles caminos: o deshacerse de su antigua televisión o contratar un servicio de televisión de paga para que siga funcionando la televisión, a pesar de la medida para convertir todo a digital.
Seguimiento de ejercicio físico, termostatos inteligentes, cámaras WiFi conectadas, auriculares de realidad virtual, neveras y lavadoras inteligentes, paneles de alarma y gafas inteligentes...
Según datos de IDC, a finales de 2013 había 9.100 millones de dispositivos IoT conectados y esta cifra crecerá todos los años un 17,5 por ciento, lo que hará que en 2020 sean más de 25.000 millones de dispositivos IoT los que estén funcionado.
La idea es poder aplicar un poco de “inteligencia” a estos dispositivos conectados y a los que, hasta ahora, permanecían “aislados” de manera que se incorpore y se ofrezca un valor añadido a los consumidores.
Cada vez hay una variedad mayor de productos disponibles y, de hecho, los propietarios de teléfonos inteligentes llevan tiempo mostrando su deseo de que las soluciones del Internet de las Cosas (IoT) les ayuden en tareas cotidianas, como el hogar y el coche.
Cada vez hay una variedad mayor de productos disponibles y, de hecho, los propietarios de teléfonos inteligentes llevan tiempo mostrando su deseo de que las soluciones del Internet de las Cosas (IoT) les ayuden en tareas cotidianas, como el hogar y el coche.
Según los resultados de una encuesta llevada a cabo el año pasado por Deloitte, el 55 por ciento de los consumidores muestran interés en las tecnologías del hogar conectado relacionadas con el IoT y el 63 por ciento de los consumidores muestran interés en las soluciones de coches conectados.
Ese interés se traduce, según este estudio, en la disposición a gastar dinero en ideas útiles, especialmente en aquellos dispositivos o funciones que puedan reemplazar algo en su vida diaria.
Así, en el hogar, los consumidores se muestran interesados en el control y la visualización de su hogar más que en el control de dispositivos o en opciones de entretenimiento. Mientras, la consulta del tiempo y del tráfico, así como la ayuda en la ruta a seguir, son las opciones que más interés despiertan, según esta encuesta.
Con el potencial del Internet de las Cosas nuestras ciudades también serán mucho más inteligentes, nuestro automóvil, por ejemplo, se comunicará con las señales de tráfico y actuará en consecuencia reduciendo las velocidades, avisándonos cuando sea oportuno, etc. También se comunicará con “centrales de tráfico” que analizarán los flujos de movimiento para distribuir la circulación de la forma más eficiente posible evitando atascos.