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sábado, 19 de octubre de 2013

¿QUÉ ES LO QUE MOTIVA A LOS EMPLEADOS?


He aquí una pequeña lección lógica:

A: Cuánto más dinero ganamos, más felices somos.

B: Cuánto más trabajamos, más dinero ganamos.

Entonces, si A y B son verdaderas tendríamos qué:

C: Las personas se esforzarán por producir más, por ganar más dinero y por ende, serán más felices.

¿Es esto cierto? ¿Mientras más dinero ganamos, más motivados nos encontramos? ¿Producimos más, mientras mayor es nuestro sueldo? ¿El dinero es la fuente de toda nuestra felicidad?

Cuando se realiza la siguiente pregunta a la dirección de una empresa, ¿Cuál es su plan motivacional para sus trabajadores? La mayoría de las respuestas se dirigen a: “los mejores sueldos del mercado laboral” y “beneficios sociales”.

Es cierto que las personas trabajan para poder cubrir sus necesidades básicas y las de su familia, trabajar y ganar dinero es una obligación para la mayoría de nosotros. Pero esto no quiere decir que este sea un factor motivacional para incrementar la productividad en el trabajo. Todos tenemos diferentes niveles de necesidades, mi necesidad económica puede ser menor a tu necesidad de promoción laboral, y al mismo tiempo, tu necesidad de promoción laboral puede ser mayor a tú necesidad de tiempo de calidad con tú familia.









¿Por qué el dinero no siempre es un elemento motivador?



Todos nos fijamos, consciente o inconscientemente, un nivel de salarios personal con el que nos sentimos satisfechos. Hasta que no lo alcanzamos, el dinero nos motiva, pero después deja de hacerlo. Este nivel varía significativamente de una persona a otra.

Los beneficios o prestaciones sociales son factores de satisfacción más que motivacionales, ya que una vez que se les entregue un seguro médico, un seguro de vida, una pensión u otros, los niveles de productividad podrán incrementarse pero luego disminuirán, ya que no motivarán a esforzarse más al trabajador. Los buenos beneficios tiene el objetivo de atraer a la personas a trabajar para una empresa y también prevenir el abandono de sus trabajadores.




Entonces: ¿Qué es lo que motiva a los empleados?

1.- Recordarlos como personas



Todos ansiamos el reconocimiento. A todos nos gusta saber qué los demás sepan quiénes somos, qué deseamos y todo aquello que nos interesa.

Como líderes tenemos la obligación de conocer a cada uno de nuestros empleados, o integrantes de nuestro equipo de trabajo. Este proceso de reconocimiento de nuestro equipo, se inicia desde aprender y utilizar los nombres de todas las personas integrantes, y termina hasta conocer sus sueños y deseos.

Warren Hitman un empleado que había sido despedido de la empresa “Biulding Maintenance Company”, después de dejar su empleo le preguntaron qué le había gustado más y que le había gustado menos de la empresa. Warren respondió: “Que a pesar de que el sueldo y los beneficios eran adecuados, nunca sentí que formara parte de la empresa, mi jefe inmediato nunca puso el esfuerzo de conocerme, tenía que ver mi tarjeta de seguridad colgado en mi camisa para recordar mi nombre”

2.- Preocuparnos sinceramente por el trabajador







Al igual que nosotros tenemos una vida fuera de la empresa, nuestros trabajadores también la tienen. Un trabajo es una parte importante de nuestras vidas, pero hay muchos aspectos de la vida que pueden ser de mayor de importancia: la salud, la familia y otros intereses. Debemos mostrar a nuestros empleados un interés sincero en ellos como personas íntegras.

Jacob es director de una importante empresa comercializadora de vinos, además Jacob es abuelo y sabe que los niños son el centro de atención en la mayoría de familias. Se interesa verdaderamente por el desarrollo de los hijos de sus trabajadores, obteniendo becas para los mejores institutos de inglés y matemáticas, además realiza planes financieros para la formación universitaria de los hijos de sus empleados.

3.- Elogiar



Los seres humanos ansiamos que nos elogien. A todos nos gusta saber que los demás reconocen nuestros logros y hazañas. Tal reconocimiento es especialmente importante cuando el elogio proviene de nuestro supervisor o de otras personas a quienes respetamos.

Hay supervisores que nunca alaban a sus trabajadores. Piensan que las personas deben hacer un buen trabajo y que no necesitan que las elogien por hacer lo que se espera de ellas.

Una manera de elogiar con verdadera sinceridad es verbalizar el motivo del halago. En lugar de decir: “Buen trabajo, Marcos”, es mucho mejor decir: “Marcos, la manera en que haz manejado la queja de este cliente es un buen ejemplo de la profesionalidad que nos gusta ver en este departamento”

El elogio debe ser siempre sincero, y debe ser entregado en el momento oportuno. No debe abusar de esta técnica motivacional, ya que el elogio podría perder significado, solo debe ser elevado cuando verdaderamente así el empleado lo merezca.

4.- Escribir cartas de agradecimiento



En la A&G Merchandising Company de Wilmington, en Delaware, los líderes del equipo disponen de paquetes de tarjetas de “agradecimiento” en las que la palabra Gracias está impresa en una bonita letra en la parte frontal mientras que el interior está en blanco. Siempre que alguien hace algo que merezca un reconocimiento especial, el supervisor de esta persona escribe una nota en una de las tarjetas en la que se detalla el logro y felicita al empleado por haberlo conseguido. Los destinatarios conservan las cartas y las muestran a sus amigos y familiares.

5.- Placas y certificados





Independientemente del tipo de recompensa que demos a nuestros trabajadores (dinero, productos, entradas para un espectáculo o un evento deportivo, o un paquete vacacional), vale la pena gastar un poco más para incluir un certificado o un placa.

A los trabajadores les encanta colgar estos recuerdos en sus despachos u oficinas, sobre sus espacios de trabajo o en sus casas. El dinero y los productos se gastan, el viaje se convierte en un recuerdos del pasado, pero un certificado o placa es un recordatorio permanente del reconocimiento.

6.- Ofrecer opciones de crecimiento



Existen muchos trabajadores, que tiene una gran necesidad de desarrollo profesional y personal. Muchas veces no es suficiente organizar un seminario anual sobre couching o relaciones laborales.

Todos tenemos deseos y ambiciones, debemos dar oportunidad a que nuestros trabajadores puedan desarrollar toda su capacidad académica y técnica, ofreciéndoles planes de financiación para carreras universitarias o especializaciones en su área. Recuerde que siempre debemos tratar de elevar la competitividad de nuestro equipo de trabajo.LEUGIM

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