El Amor no es del Corazón, sino del Cerebro: la Química del Amor entre Ellas y Ellos

"Cuando el deseo irracional, sofocando en nuestra alma este gusto del bien, se entrega por entero al placer que promete la belleza, y cuando se lanza con todo el enjambre de deseos de la misma clase sólo a la belleza corporal, su poder se hace irresistible, y sacando su nombre de esta fuerza omnipotente, se le llama amor.” Sócrates, en Fedro de Platón.

Tomando en cuenta las palabras de Sócrates podemos cuestionar lo siguiente: ¿es en realidad el amor una cuestión de belleza? ¿Nos hace ciegos? ¿Existen distintos tipos de amor? ¿Percibimos el amor diferente hombres y mujeres?

Percepción del Amor entre Hombres y Mujeres.

Son muy pocos estudios los que han tratado de definir diferencias entre los sexos. Sin embargo la investigación que existe indica que mientras las áreas cerebrales asociadas con la atención, emociones y memoria se activan en mujeres, en hombres la áreas activadas son aquellas asociadas a la percepción de belleza y la integración de estímulos visuales. También se ha sugerido que mientras los hombres prestan mayor atención a signos de juventud y belleza (cualidades consideradas ‘importantes’ para la fertilidad y capacidad de concebir), las mujeres prestan mayor importancia al estatus y logros del hombre de manera que esto pueda asegurarles protección y capacidad de proveer para la familia. Estos conceptos parecen un poco arcaicos y muchas mujeres podrían incluso sentirse ofendidas por tales sugerencias. En definitiva estos conceptos necesitan refinamiento y más investigación.

Neuroquímica del Amor.

Probablemente las bases químicas del amor puedan ser más reveladoras. Pero definir el amor es tan complicado, quizá solo superado por sus bases biológicas. Entender algo que no sabemos definir no ha detenido la investigación que intenta dilucidar sus bases químicas y biológicas. Aún cuando este campo es relativamente nuevo, las bases neuroquímicas del amor han sido definidas con un puñado de sustancias químicas que modulan la comunicación entre neuronas (muy probablemente simplificando en exceso las bases neurobiológicas del amor). Las dos principales de estas sustancias son la oxitocina y la vasopresina. Estas a su vez interaccionan con otra sustancia llamada dopamina. De manera interesante la oxitocina es secretada durante el orgasmo sexual en ambos sexos, y las contracciones durante la labor de parto y la lactancia materna. La vasopresina por su parte actúa en los riñones haciendo honor a su nombre alterno, hormona antidiurética. La vasopresina y oxitocina actúan en los centros del placer donde la dopamina es una sustancia química dominante. La liberación de dopamina en estos centros es estimulada por drogas como la cocaína y esta liberación es la que ocasiona la sensación de “bienestar” y euforia relacionado con el consumo de esta y otras sustancias similares. A su vez la liberación de dopamina está ligada a la reducción de otra sustancia química en el cerebro, la serotonina. La serotonina modula emociones como angustia, agresividad y miedo, pero también el apetito (como función de ingesta de alimentos) y el deseo sexual. El balance entre el impulso sexual y el apetito ha llevado a algunos a sugerir que una vida sexual activa y saludable podría funcionar como un importante supresor del apetito, quizá ayudando al control de peso. Estas relaciones aun necesitan más estudio. También se ha correlacionado la depleción de serotonina que ocurre en el cerebro de personas enamoradas con pacientes que sufren del trastorno obsesivo compulsivo, sugiriendo que el amor es, desde este particular punto de vista, un tipo de obsesión.

Dimorfismo Sexual y Monogamia

Se ha sugerido que existe cierto dimorfismo (dos formas de lo mismo) sexual en cuanto a la química cerebral que regula el amor. Por ejemplo la oxitocina actúa en el apego y la conducta sexual, y esto es regulado por los estrógenos, la hormona sexual femenina. También se ha descrito que la oxitocina es más importante en el apego en topillos hembra mientras que en topillos macho la vasopresina es más importante. De manera interesante en machos la vasopresina se ha relacionado con conductas de agresividad. Aún no está claro cuanta de esta investigación puede traducirse a humanos, sin embargo esta sustancias químicas cerebrales en topillos también se ha relacionado con monogamia. La monogamia se considera extremadamente importante en las relaciones amorosas humanas y esto ha colocado esta investigación como central para entender la neurobiología del amor. Por ejemplo, mucha de la investigación en cuanto a la oxitocina y vasopresina se ha hecho en estos animales, principalmente en dos tipos de estos topillos. Se ha encontrado que en topillos monógamos existe mayor secreción de oxitocina y sus receptores en comparación con topillos promiscuos. Los topillos monógamos permanecen en pareja de por vida. Cuando se bloquea la secreción de oxitocina y vasopresina en los topillos monógamos, estos se vuelven promiscuos. Se ha encontrado que existe variación no sólo en la secreción de estas sustancias químicas, sino en su distribución cerebral. Esto sugeriría que la modulación de la actividad de distintas partes del cerebro puede contribuir a este comportamiento. Interesantemente el efecto de la oxitocina y la vasopresina se atribuyen a la modulación de la liberación de dopamina, ya que estos efectos de apego secundarios a la oxitocina son al menos parcialmente dependientes de la liberación de dopamina, y pueden ser bloqueados por sustancias que bloquean los efectos de la dopamina. Se ha sugerido que esto podría explicar la dualidad entre la monogamia y la promiscuidad en humanos, aunque en realidad más que una dualidad, debe existir un espectro ya que la infidelidad y divorcios en humanos indican que no solo los dos extremos existen.







El Amor es Ciego.

Los comportamientos descritos son más consistentes de las últimas etapas del amor, o una vez que las relaciones han sido establecidas. Sin embargo una etapa que confunde a muchos es la etapa de enamoramiento inicial, y en realidad está también tiene sus orígenes en la química cerebral. La oxitocina es la hormona de la confianza, ayuda a suprimir la neofobia, el temor a lo nuevo. Por ejemplo, cuando se conoce a esa persona nueva la sensación inicial de confianza o familiaridad se ha sugerido es debida a la secreción de oxitocina. Después de esta etapa viene la etapa de la ceguera total, por la que el amor se ha considerado ciego. Esto se puede explicar en bases a patrones de actividad cerebral en áreas corticales del cerebro responsables del juicio. En las etapas iniciales del amor se inactivan las áreas cerebrales responsables del juicio ante la persona amada. Sin embargo, esta pérdida del juicio parece ser selectiva, solo para esta persona y no para otras personas o actividades. El porqué de este comportamiento y patrón de actividad cerebral se ha relacionado con la idea de unidad que subyace al concepto del amor. El amor presume la unión de dos personas y la formación de una unidad en la que ambas personas deben ser indistinguibles, dos se vuelven uno. Para que esto ocurra el cerebro debe suprimir la capacidad de distinguir entre el otro y uno mismo, y con ello se suprime la capacidad de realizar juicios objetivos en cuanto al otro. El amor es ciego, pero no por siempre. Afortunadamente esta solo es una etapa del amor. En la teoría triangular del amor del psicólogo Robert Sternberg se pasa de un las fases iniciales de intimidad y pasión a la fase del amor caracterizada por compromiso.

La biología y la química del amor son complejas y aún falta mucho para que terminemos de entenderlas. Mientras tanto los dejo con esta frase de Séneca: “Si quieres ser amado, ama”.

Autor: Jorge Iván Castillo-Quan

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