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miércoles, 23 de marzo de 2016

El Estado ha probado ser un pésimo creador de marcas

Históricamente, el Estado ha probado ser un pésimo creador de marcas. Tiene muy poca imaginación y casi siempre prefiere usar siglas horribles, difíciles de pronunciar o recordar, y poco agradables al oído.


— ¿Osiqué? —¡Osinerg! (Nombre de la empresa supervisora de las empresas de energía en Perú).

Pero además de su debilidad en la creación, se equivoca en el manejo consistente de sus marcas.

Uno de los principales problemas es que cada nuevo encargado quiere cambiarle la cara a su institución y lo primero que hace es cambiarle el nombre y el logo.

— ¿Osiqué? — ¡Osinergmin! Es que ahora también nos encargaron la minería...

Mientras el sector privado sabe que una marca potente puede convertirse en el activo más valioso de la empresa, vemos casos como el de Osinerg, que acaba de cambiar su marca a Osinergmin porque dio a sus roles la supervisión de la minería.

— ¿Osiqué? — Osinergminfer! Sorry, vamos a ver los fertilizantes también...

En realidad, andarle cambiando el nombre a las instituciones del Estado es completamente innecesario, costoso y –en esta era de la internet– tremendamente negativo. Innecesario porque una oficina puede manejar cualquier tema sin importar cómo se llame. Costoso, porque cada cambio de nombre implica diseñar un nuevo logo, cambiar la papelería, los letreros y los uniformes,repintar los vehículos, rediseñar la web y –en el caso de Osinerg– hacer una campaña publicitaria para informar a la ciudadanía que ahora se llama diferente.

— ¿Osiqué? — Osinergminferferro... ¡nos asignaron los ferrocarriles!

Pero hoy, en la era de Google, un cambio de marca es mucho más peligroso que antes, pues cada cambio de marca hace que se pierdan las referencias anteriores.

— ¿Osiqué? — Osinergferferrofarma... ahora nos quitaron la minería, pero nos clavaron las farmacias... ¡Plop!

Si están aburridos y les sobra la plata jueguen con el logo, pero no toquen el nombre!

— ¿Osiqué? — ¡Osinergferferrofarmatex!
— No me digas, déjame adivinar: ¿ahora les asignaron los textiles?

— No, el nuevo gerente dice que así suena más bonito.

Robby Ralston, artículo en el diario El Comercio

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