El poeta Charles Simic publicó en 2012 un reivindicativo artículo en el New York Review of Books en el que afirmaba que estamos viviendo en la Era de la Ignorancia. En este artículo, un profesor universitario de literatura declaraba que los jóvenes son cada vez más ignorantes, “pasan de la escuela a la universidad sin estar preparados”. Este profesor explicaba que se le hacía cada vez más complicado enseñar literatura puesto que los jóvenes cada vez leen menos antes de entrar en la universidad y que por tanto, carecen de esa cultura básica que tanto enriquecía antes.
Aunque se supone que estamos muy avanzados tecnológicamente, parece que precisamente esto sea la causa de que nos encontremos tan atrasados culturalmente. Algunos, por suerte, aún hemos vivido una infancia en la que en el colegio había que recurrir a la biblioteca para encontrar la información y cuando no teníamos un smartphone con el que entretenernos, recurríamos a las novelas de Agatha Christie.
Parte de la culpa es sin duda del maravilloso atajo de teclado ctrl C + ctrl V que te ayuda con tan sólo un pequeño gesto a copiar exactamente lo que buscas, dentro de una biblioteca infinita de información, y pegarla sin ni siquiera leerla. Esto nos convierte en meros espectadores de lo que pasa a nuestro alrededor e impide que formemos una opinión crítica de aquello que estamos viendo y que contrastemos lo que oímos. Esto nos incita a memorizar titulares (ya ni siquiera artículos enteros) que caben en los 140 caracteres de Twitter convirtiéndonos en meros espectadores de medios de comunicación que juegan con la desinformación porque justamente eso es lo que interesa.
Simic, en su artículo, hace hincapié en que sin una noción histórica y sin memoria, el pueblo es fácilmente manipulable ya que no tiene el alcance de visión para percibir y detectar las manipulaciones que los políticos y los medios de comunicación ejercen sobre ellos. Sobre ti. Sobre nosotros. Sobre el mundo.
Ahora mismo nuestra memoria reside en la nube, una entidad abstracta que posee mil veces más capacidad que cualquier mente humana. La sabiduría está en la wikipedia, las amistades en Facebook, el networking a través de Linkedin, la felicidad en los likes y los grandes momentos en nuestro Instagram. Pero, ¿qué alimenta realmente la sabiduría y la cultura? ¿Qué valor retienes en ti mismo? ¿Qué estás haciendo para enriquecerte?
No es un problema de sistema, es un problema de valores, de prioridades y de deseos. ¿Cómo podemos ser tan inteligentes para crear cosas tan sofisticadas en tecnología y tan poco como para intentar mejorar y enriquecer las capacidades humanas? Ya nadie hace nada por nada, ahora mínimo, se hace por Marketing, por ventas y por intereses. Hoy en día, están más conectadas las máquinas que las personas y, sin ninguna duda, parece que saben mucho más ellas que nosotros mismos.
¿Somos entonces la generación joven más ignorante de la historia?
Fuente: Ana Giménez
